jueves, 25 de septiembre de 2008

Tu corazón en mi cuenca (Elba Bermúdez)



Tu corazón en mi cuenca

Yérguete sobre la cima del verdugo inclemente,
vístete de Viento del Norte,
grítale al silencio dentro de nuestro silencio,
separa siete pieles a tu ombligo
y aléjalo de mi vientre.

Lava tus pies para borrar mis huellas,
lava el recuerdo de mi boca con agua bendita
y hazte santo.
No creas en las hadas caracolas, no creas,
ponle ajos y cruces a tus puertas...
¡Vamos! engañemos a todos, que a mí
me basta abrir las manos
para ver latir tu corazón en mi cuenca,
pletórico de ausencia, de martirio,
palpitando entre mis manos,
esperando que te diga...
-aún te amo-


Elba&Margarita
Es toda una inundación de amor que arrastra



viernes, 12 de septiembre de 2008

Ocaso



Ocaso
(deten la música de la play list del blog )




El sol se ha escondido. Se fue huyendo tras una nube gris. Llueve. La neblina cubre las montañas. Los pájaros pían en sus nidos. La añoranza se entremezcla entre las horas del hoy y el tiempo que ha pasado, marcando en cada poro la melancolía del ayer.

Llueve, hace frío. Un frío inmenso que cala hondo. La mirada se pierde, trato de atisbar entre los grises del cielo, algún fulgor, alguna luz que guíe los pasos en el camino desierto y doloroso de esta vida que se deshace en el amor, que se quedó colgado en el perchero de la espera.

La tarde se muere en el ocaso. Mi vida ha llegado al punto donde el otoño es un calendario de hojas muertas. Mis ojos ya no miran, se inundan en el mar de cada lágrima que ya brota, ante el gesto inequívoco del adiós.

Se muere el día. Las horas se agotan, cansadas y mustias se duermen en el eterno reloj del tiempo. Se muere el día. Llego al final de los caminos. No estás, no estoy. La pena me aborda. Adiós.



Migdalia b. Mansilla R.
Fecha: cuando el olor a tierra mojada y la niebla se escurre por las ventanas.
Abril 06 de 2006