Oculta, traspasando bullas,
siendo el silencio del cosmos
o la angustia del reptil sin ojos.
Sigues allí, al acecho de la nada,
al contrario de las agujas del reloj,
jugando con el tiempo que ya no es tiempo
y que conjuga bizarro el verbo amar.
Sigues allí, en la penumbra
de una vida que se olvidó vivir.
De: Penumbra Febrero 06 de 2012 |