martes, 13 de octubre de 2009

Paso de largo [Joshua Ponce]


Paso de largo



No me quedan esquinas
donde buscarte.
No existen veredas que sepan
de tus huellas.
No encuentro entre mis cosas,
alguna cosa tuya:
un prendedor,
un lápiz, un papel.

Despierto cada mañana
más lejos de tu nombre,
cada ocaso es el ocaso
de todos los otoños,
cada día es un adiós
colgando de tu boca,
cada adiós una puntada
tatuando otro nombre
en las lindes de mi alma.



J. Ponce

Octubre 12 de 2009

martes, 15 de septiembre de 2009

Silenciosamente IX


Silenciosamente IX



ella baila
sobre mi
dentro de mi

en la penumbra
corta mi carne
derrama mi sangre
me hiere hasta morir
y luego
guarda su mano perversa
en el tintero de su vientre


Migdalia B. Mansilla R.
Septiembre 15 de 2009

lunes, 7 de septiembre de 2009

Diatriba





Diatriba



hay algo cruel,
matemático,
impregnado
de teoremas,
motivos,
consecuencias

hay algo irracional,
emotivo,
pleno de dudas,
silogismos,
retórica

hay dos palabras,
adjetivos,
que no admiten un quizás:
sí y no.


Migdalia B. Mansilla R.
Agosto 04 de 2009

jueves, 27 de agosto de 2009

como el agua y el aceite[Migdalia] A una amiga y más[Carmela Bermúdez]




como el agua y el aceite


eso fuimos
dos polos opuestos
aire y tierra
amargo y dulce
agua y aceite
pecho y espalda
vez y envés
de una pupila
que miraba todo
de diferente manera




eso fuimos
las dos caras
de una moneda
que siempre caía de canto
la diestra y la siniestra
de unas manos
que nunca se encontraron
un camino con huellas
de ida y vuelta
dos andenes
dos vías diferentes




eso fuimos
dos / siempre dos








Migdalia B. Mansilla R.
Agosto 27 de 2009















A una amiga y más




Que nadie se equivoque, soy
Carmela Bermúdez aunque, un poco
romanticona, se me pasará...






A veces y sólo a veces se encuentran
dos almas,
A veces, sólo a veces siento que la he hallado,
Dos gotas de agua en un océano,
Las vertientes de dos ríos que dan a un sólo mar,
Pero... ¿cuántas veces, la marea, me devuelve a la orilla
sin nada más que dar?




Como un soplo es la vida,
Como un aliento que se escapa de a poco,
Así es el amor que hay en mi rostro cansado
Cuando se posa en tu regazo,
Sólo una confesión quiero... ¿ quién recorre junto a ti la senda
mientras... yo muero en el olvido?




Dos palomas, una sola vez surcan juntas el horizonte,
¡Qué belleza! Una sola alma, dos corazones,
qué tiene la vida que a unos les concede el mágico encuentro
y a otros nos quita, para vivirla, todas las razones.
Sólo una respuesta quiero... ¿cuándo me descuidó el destino,
que me quitó lo que más anhelaba, siquiera antes de haber nacido?














Carmela Bermúdez






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martes, 11 de agosto de 2009

Es inútil


Es inútil


mi dolor es mío
por más que trate de explicarlo
transcribir a vuelo de verso
en la palabra escrita
la angustia
el pesar
nadie lo comprende
no le incumbe a otro
lo esquivan
no pueden imaginar
ni sentir por mí
por más que grite
o solloce en silencio
tratando de asir
las manos que del amor decía
estar llenas

este dolor es sólo mío
en la zozobra infinita
de estar muriendo
sin poderlo remediar
Migdalia B. Mansilla R.
Agosto 11 de 2009

martes, 28 de julio de 2009

Mutaciones [Elba Bermúdez]


Mutaciones
(Click en el título. Más de Elba)



Nos hicimos sombra que danzaba
detrás de la luz de los relámpagos,
eco, después de cada trueno ...
Y al final de la noche
nos hicimos silencio,
dejando regadas las huellas
de nuestras tempestades.




Elba Bermúdez

martes, 14 de julio de 2009

entre las aguas [Blai Rien]


entre las aguas



vivo entre las aguas de ese río
lleno de demasiados peces
aburridos, sordos,
mudos y ciegos,
a veces dormidos,
a veces demasiado cuerdos.
ando con penas y tropiezos
río arriba
cuando parece que para la mayoría,
la consigna es descender:
descender vertiginosamente
acaparando en el descenso
espejitos de luz,
colores,
baratijas
que sabe dios qué dios
va esparciendo
divertido
desde la orilla
ahora que el rumor
del río,
próximo a la caída
suena ya
con voz
cada vez más fuerte.





Blai

domingo, 12 de julio de 2009

No hay [Joshua Ponce]


No hay


No hay consuelo
para este dolor
que traspasa
el alma.


Padezco
y me voy yendo
junto con ella.



Bayamón


Julio 11 de2009

viernes, 10 de julio de 2009

por favor [Blai Rien]


por favor




ven, irrumpe en mi atmósfera:
colisiona como el viento
que va a morir
en el color oscilante
de los estandartes,


vulnérame para vivir:
despoja al aire del roce
que parece dormitar en el tránsito
asesino de los relojes,


aullémonos,
arrebata
la ternura del fuego,
quema las aguas del río de la voz,
allí bajo los árboles
agita tu verbo,
derrámame las palabras,
por favor


Blai

martes, 9 de junio de 2009

Fuera de nosotros


Fuera de nosotros


errantes / fuera de nuestros espejos
en el espacio infinito
bailamos un vals que duele en los cuerpos
tú / sosteniendo mi mano
mi mano que se escapa por inerte
yo/ bebiendo de tus ojos la mirada
tu mirada que se pierde en los silencios
y los dos/ sucumbiendo al deseo de llorar
en las notas de ese vals doliente
iluminado de noches


Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: no puedo leerla, se diluyó el calendario.
Junio 09 de 2009

miércoles, 6 de mayo de 2009

Baile (Elisabet Cincotta)



BAILE
(click en el título principal)

Él se acerca. Lo veo, no distingo su rostro, sólo la silueta esbelta, erguida y campaneante.
Lo presiento buscando una noche acompañada. Ahora veo sus ojos, me mira, no puedo sustraerme a cierto encanto sensual que deja estelas.


Observo el salón, el piso, las figuras, el humo gris de la penumbra.


Su mano me toma, no me resisto. Proclamo bandera de tango cuando su mano dirige el baile. Somos dos por un instante, uno por la eternidad del ritmo. Ambos sentimos la música, garabateamos imágenes, la melodía nos penetra, auguramos placeres silenciosos. La cadencia se hace lustre entre baldosas. El bandoneón nos llora ausencias, nosotros presentes, hoy rotamos la historia.


Soy pieza maleable en sus manos, me dejo, me venzo, su respiración me vence, me acompasa. Si en este momento me hablara nada retendría mi hacer, sumaría mi cuerpo a su cuerpo.
Los últimos sones, nos separamos miro sus ojos, espero su mano. Me guía hasta mi mesa y se va... no lo puedo creer... se va.


Arranca la orquesta, El Abrojito, espero su llegada acalorada, renacida de tantas soledades, embebida de nostalgias para compartir en alguna cita, una cita entre brazos y pasiones, deseos, perfiles nocturnales y ojos melancolía.


Nada, allá lejos lo vislumbro. Un tipo me pide bailar como antaño... y bue, hago tripas corazón y aceptó.


Otra vez la soledad, él se fue a la barra, y yo como una tarada mirándolo de reojo a la vez que intento que mi pareja no me pise más.


Vuelvo a la mesa. La puta madre... milonga, desde aquí lo veo romper baldosas, cómo baila este hombre, podría estar toda una vida a su lado.
Pero como dicen los pibes ya fui.

©Elisabet Cincotta

jueves, 9 de abril de 2009

Vida


Vida


amo toda la gama de colores
desde el sin color blanco
ausencia de los mismos
hasta el negro/conjunción de todos
cada uno
es luz desde el amor
sea el que se queda
sea el que se va

amo el claroscuro
tanto como las sombras de la luna
o como el fulgor del sol a pleno día

amo cada ser que tiene vida
desde el minúsculo / hasta el gigante
a la naturaleza toda
porque soy naturaleza y vida

¿tú? / no sé



Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: desde la vida entera
Abril 09 de 2009



martes, 31 de marzo de 2009

Estampa IV (Cuento) [Elisabet Cincotta]



ESTAMPA IV
(click en el título principal)





La hora de la siesta -sol abrigo del invierno-
Un ombú vetusto entre sus pasos -pollera tubo, tacos altos- Un rubor en sus mejillas -sin maquillaje-
Bordea el cerco de campanitas -más allá una mirada la espera-

Guardó las muñecas de su lecho.

Ya está cerca-una boca que sonríe- el primer beso la encuentra.

Elisabet Cincotta

lunes, 2 de marzo de 2009

Ne me quitte pas


Ne me quitte pas


tantas veces
mi voz se alzó
sobre
riscos
cruzó mares
escribió
mil poemas
trazó mapas
nuevos meridianos
latitudes fosforescentes

hacia ti
el norte de esta tierra
al punto donde nunca supe llegar
para que escucharas como un milagro
en tu sordera
no me dejes /no
no me dejes /no
no me dejes...¡no!


Migdalia B. Mansilla R.
Fecha ; ¿importa alguna fecha?
Marzo 02 de 2009

miércoles, 18 de febrero de 2009

Neblina


Neblina

Escarbaba la tierra, las uñas rotas, los dedos le sangraban. Sabía estaba en algún lugar del patio, él mismo la había enterrado. Pero, ¿dónde? Diagonal al sauce quizás, debió ser allí, recordaba que las sombras de unos brazos extendidos se mecían sobre el lugar. Sí, allí tenía que estar. Escarbó con más furia, con toda la fuerza de la que era capaz. De pronto, algo relucía desde el fondo, un brillo extraño le cegó y una carcajada reinó en medio del silencio de la noche, vestida de luna llena.

_¡Mi amor!, ven a ver estos árboles secos, mira qué formas extrañas tienen, -le decía ella- tomándolo por la cintura mientras la brisa los envolvía y la neblina tenue pasaba revoloteando entre las ramas del sauce que cada tarde lloraba sin consuelo_
Él, miró de reojo los troncos viejos, una media sonrisa hizo mueca en su rostro, una luz extraña, se encendió en sus ojos de mirada perdida. Sus manos sin control apretaron hasta romper el cuello de ella.

Cuentan los vecinos de la casa de la loma, la de los troncos en el jardín, esos que tienen formas extrañas, como humanas; la que nadie habita desde el día en que encontraron muerto al abuelo recostado al sauce, que cada anochecer se escucha un llanto entre los árboles, aunque no haya viento que los acongoje y sólo una niebla espesa se aposente en ellos.

Migdalia B. Mansilla R.
Agosto 18 de 2006

lunes, 9 de febrero de 2009

El espejo (cuento)



El espejo



La habitación a media luz, un perchero clavado en la pared, un reloj cucú que cantaba a deshora, las horas, algunos libreros, un secreter.
En un marco de caoba guindaba un espejo. Pasaban los días y alguna cosa extraña estaba aconteciendo. Alguien se asomaba desde el espejo. A veces sólo se atisbaba a ver, un perfil; otras veces, medio cuerpo. En alguna ocasión los ojos escudriñaban el cuarto, como tratando de encontrar lo que no se ha perdido. En otras, la imagen corría de un lado a otro jugando a no encontrarse.
Un día después de eternos días, el espejo se estremeció, una mano salía de él lentamente, desperezándose, luego los brazos, las piernas tambaleantes. El cuerpo cayó al piso, era una mujer, se sacudió la falda, alisó los cabellos y comenzó a buscar un estuche de madera forrado en fieltro rojo. Movió los libros, abrió las gavetas. Nada. De pronto el cuerpo comenzó a desfallecer, el tiempo se acababa. La hora marcada estaba llegando.
Volvió su mirada ya lánguida al secreter y recordó, detrás de las cartas, al final, sí, al final estaba el estuche, cómo era posible que lo hubiera olvidado. Como pudo con las fuerzas perdidas logró abrirlo. Allí estaba, reluciente, palpitante, lo tomó con cuidado, abrió su blusa de encaje blanco, metió su mano en el pecho y se colocó el corazón.
Se abre la puerta de la habitación y un haz de luz intensa la ilumina.
_Querida mía, al fin te encuentro. Te esperábamos para cenar. Qué joven y hermosa te ves. Pareces otra.
Ella, sonriendo lo toma del brazo y le sigue hasta el comedor.
La habitación vuelve a las penumbras, el cucú anuncia la media noche.
Desde el espejo un rostro cansado y viejo se asoma, tratando de encontrar la máscara que se le perdió.



Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: ¿la fecha? depende, del cristal con que se mire.
Fecha: Enero 29 de 2006

sábado, 17 de enero de 2009

Ella no sabía


Ella no sabía



Ella no sabía, no tenía idea cuando colocó suavemente su corazón en la cuenca de las manos de él, -advirtiéndole, con todas las advertencias posibles de advertir en estos casos-, que lo perdería, que su corazón sería estrujado, destrozado hasta morir.


Ahora, anda con un corazón prestado, mientras, le rehacen el suyo, con un trocito que encontró tirado "al rescoldo de una columna quebrada" mientras agonizaba, porque le dijeron que desde ese trocito era posible ir colocando implantes, e implantes, hasta dejarle viviendo, al menos sin tanta tristeza arrastrada.
Ella no sabía, de verdad que no sabía, que él no era el que esperó por tanto tiempo para escuchar el acompasado adagio de sus almas, aleteando libres en el amor sin tiempo.



¡No! Ella no sabía.





Firman:
Mis yo, tratando de sobrevivir con un corazón prestado y de paso... ¡de silicona!
17/01/09
El encomillado pertenece al poema "Nada me pertenece": Migdalia B. Mansilla R.