BAILE
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Él se acerca. Lo veo, no distingo su rostro, sólo la silueta esbelta, erguida y campaneante.
Lo presiento buscando una noche acompañada. Ahora veo sus ojos, me mira, no puedo sustraerme a cierto encanto sensual que deja estelas.
Lo presiento buscando una noche acompañada. Ahora veo sus ojos, me mira, no puedo sustraerme a cierto encanto sensual que deja estelas.
Observo el salón, el piso, las figuras, el humo gris de la penumbra.
Su mano me toma, no me resisto. Proclamo bandera de tango cuando su mano dirige el baile. Somos dos por un instante, uno por la eternidad del ritmo. Ambos sentimos la música, garabateamos imágenes, la melodía nos penetra, auguramos placeres silenciosos. La cadencia se hace lustre entre baldosas. El bandoneón nos llora ausencias, nosotros presentes, hoy rotamos la historia.
Soy pieza maleable en sus manos, me dejo, me venzo, su respiración me vence, me acompasa. Si en este momento me hablara nada retendría mi hacer, sumaría mi cuerpo a su cuerpo.
Los últimos sones, nos separamos miro sus ojos, espero su mano. Me guía hasta mi mesa y se va... no lo puedo creer... se va.
Los últimos sones, nos separamos miro sus ojos, espero su mano. Me guía hasta mi mesa y se va... no lo puedo creer... se va.
Arranca la orquesta, El Abrojito, espero su llegada acalorada, renacida de tantas soledades, embebida de nostalgias para compartir en alguna cita, una cita entre brazos y pasiones, deseos, perfiles nocturnales y ojos melancolía.
Nada, allá lejos lo vislumbro. Un tipo me pide bailar como antaño... y bue, hago tripas corazón y aceptó.
Otra vez la soledad, él se fue a la barra, y yo como una tarada mirándolo de reojo a la vez que intento que mi pareja no me pise más.
Vuelvo a la mesa. La puta madre... milonga, desde aquí lo veo romper baldosas, cómo baila este hombre, podría estar toda una vida a su lado.
Pero como dicen los pibes ya fui.
Pero como dicen los pibes ya fui.
©Elisabet Cincotta
10 comentarios:
Como siempre escucho, miro la película, bailo el tango, la milonga que danza en tu pluma. ¡Gracias, Elisabet, amiga por permitirme compartir tu talento y buen hacer con la palabra!
Besos,
Migdalia
¿Querés creer, Eli, que no lo conocía?
El enganche perfecto de "Hoy, tango", pero no se lo voy a contar al quía, porque se corta las venas con fideos finos
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Gracias Mig por esta belleza de la niña Elisa. Bellísimo relato.
Besos,
Ana Lucía
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Carlos es el enganche, lo es... luego vinieron los abrojitos y el tango bailado en las palabras. Gracias Carlos, el quía anda olvidadizo, que busque su pañuelo.
Gracias Mig!!!
Gracias Analú
besos
Ya fui dice Elisa, fue y es mujer intensa en sus escritos sobre su Buenos Aires y el tango, abrazos de Julia
(Mig espero tus comentarios)
Querida amiga: Me han gustado siempre los tangos desde que era casi una BB. Mis padres lo bailaban bastante bien. Luego por las fiestas de San Mateo venía el Teatro Argentino y me llevaban mis padres siendo muy niña, eran forofos de Carlos Gardel también.
Tengo parientes de mi madre ahí, pero no se nada de ellos.
Gracias por haberme hecho recordar cosas de mi niñez.
Cuando oigo el nombre de Argentina, siempre me acuerdo de la tía Ramona y de la prima Adonina, familia directa de mi madre.
Muchos abrazos
Leonor
PD. Pasa por mis blog. tienes un regalito.
...el todo es lo mas hermmo puedes salir de el y meterte en la nada y acompañdo de orquesta es tocar el cielo del alma para acurrurucarla...tuyo siempre elisa jose ramon.
...vaya elisabet la maquina jugo una pasada es hermoso como lo es sentirte ahora a tu lado ...tuyo siempre desde el mio...jose ramon.
Leo, muchas gracias por tus palabras. Pasaré por tu blog.
Abrazos desde mi corazón.
Elisabet
Gracias José Ramón, ese sentirte a mi lado es un sentir que me emociona. Gracias por tu lectura y tu palabra
besos
Elisabet
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