martes, 3 de junio de 2008

El severo Don Evelio. Una Sátira de Elba Bermúdez




Don Evelio era el Jefe Civil de un pueblito donde acostumbrábamos a ir cuando yo, hace mil años era pequeña, pasábamos allí dos o tres días en casa del señor Severino, un amigo de la infancia de mi padre, a mi, sinceramente no me gustaba, porque tenía unas manchas en la piel que me asustaban: y siempre estaba sentado en una mecedora de bambú en el Zaguán mirando las novedades del pueblo, Luego, proseguíamos hacia otros lugares.



Esa es la imagen que tenía al recordar el inicio de las vacaciones. ..Ese pueblo y sus personajes: Don Evelio, el Jefe Civil sumamente serio, demasiado diría yo, hasta temido, nunca reía, detrás de el bigote apenas se apreciaba una raya oblicua que eran los labios que apenas despegaba para responder el “ buenos días Don Evelio “ con el que todos le saludaban al verlo pasar.



Un día, hubo un robo el la barbería del pueblo, donde también peinaban señoras, de la vitrina se llevaron una peluca de damas. Fue el hijo perdido de la doña María, la viuda que vendía dulcitos hechos por ella en la bodeguita que tenia el señor Juan, (otro mal encarado) y es que en ese pueblo parecía que lloviera vinagre en vez de agua cada mañana. Todos pensaron que fue él y lo corretearon por todo el pueblo a pedradas como corresponde a un ser indeseable en los pueblos olvidados de Dios.


La marca quedó allí y cuando pasaba cabizbaja la viuda le gritaban: “¡Ahí va la mamá de ese perdido. Florencio estará retorciéndose en la tumba al saber de su hijo “marica” , mejor que murió!" -decía la vieja “Lengua de hacha”´- (como le llamaba el señor Severino)


Así pasaron dos vacaciones y siempre oía el solito _Ahí va el que se robo la peluca_ / ahí va la mamá del “marica” roba pelucas_ ¡Pobre gente! pensaba yo, siempre amante desde pequeña de la libertad del alma. Lo cierto es que en esa oportunidad al llegar, el señor Severino le contó a mi padre a voz baja para que no escuchara ni mi madre ni mis hermanos las novedades del pueblo. Resulta que se murió Don Evelio dijo a voz, para luego susurrarle algo. Esa noche oí a mi padre contarle a mi madre los detalles: Don Evelio, murió de un infarto fulminante, lo encontraron boca abajo con la peluca robada tiempo atrás, puesta, desnudo como vino al mundo y maquillado como una princesa…por cierto, la voz de mi padre tenía un tono de jocosidad, para mí, hasta ese momento, desconocida.
















Elba Bermúdez

6 comentarios:

Catalina Zentner Levin dijo...

Muy buena narrativa: fresca, chispeante.

Pedro Pablo Pérez S dijo...

Precioso Elba, con un hilo conductor de buen gusto.

Un abrazo

josé lopez romero dijo...

Un relato propio de cualquier pueblo, donde lo que se esconde de las propias miserias, se esculpe con saña en los otros. Gratificador encuentro en este rincón de amigos.

Liliana V. dijo...

Muy buen texto narrativo. Felicitaciones .
Maravilloso blog Migdalia :)
besos grandes.
Liliana

Migdalia B. Mansilla R. dijo...

Agradecer a Elba Bermúdez, amiga de voz desgarradora a veces, plena de las mayores ternuras otras , pero siempre vibrante y que no deja a nadie indiferente, el que me prestara esta Sátira, para adornar con su pluma, esta Botica, que promete, tener más de todo.

Gracias amiga querida.

Besos,
Mig

Hechadesilencios dijo...

Absolutamente agradecida por sus comentarios sobre mi "Don Evelio"
sobre todo viniendo de personas tan interesantes en el manejo de la pluma,que Migdalia convoca donde va. Saludos muy sinceros esperando siempre coincidir
Elba
Hechadesilencios