Ingenuidad
Recibía el sol que la bronceaba en todo el cuerpo, la arena de la playa dejaba ver en su cuerpo, minúsculos globitos de oro.
El viento danzaba entre las palmeras y el olor a mar invadía los sentidos.
Con los ojos cerrados, acostada boca abajo, recordaba otro día, otro mar y otro sol que la acariciaba.
Un reflejo dentro de los párpados la hizo abrirlos abruptamente.
Un hombre estaba parado a su lado, doblaba su torso para acercarse a ella, besándola suavemente sobre los labios entreabiertos.
Se recostó a su lado, dejó caer su mano sobre las nalgas de la mujer que ya doraba de sol.
Le dijo cerca de su oído- será mejor que nos vayamos, debemos aprovechar las horas-
Se desperezó un poco, estiró las piernas, se levantó y sacudió levemente la arena que la cubría.
Llegaron a la habitación del hotel, terminó de quitarse las chicas prendas del bañador.
El hombre previamente había puesto a punto la tina para que se bañara nada más llegar a la alcoba. Lo hizo lentamente, dejando que los aceites lubricaran su piel y la espuma de baño dejara en ella aromas de flores silvestres.
Salió del baño, el hombre la esperaba con una copa de vino espumante bien frío. Hicieron el amor. Rabiosamente. Tiernamente. Indefinidamente. Porque cada caricia parecía eco en cada orgasmo que iba sintiendo.
Pasaron unas pocas horas . El hombre se levanta de pronto, va hacia el baño, se ducha , se viste y se despide de la mujer, con un beso largo, muy largo.
A los quince minutos, tocan la puerta de la habitación, la mujer vestida con unas bermudas y una camisa enrollada sobre la cintura, abre solícita y se abraza al hombre.
_ Mi amor- le dice la mujer, con voz sugestiva y regañona- ¿por qué tardaste tanto en llegar?
-Te extrañé a rabiar en esta soledad a la que me tenías sometida-
-¿Cómo te fue de viaje?- ¿El vuelo? ¿Sin turbulencias?-
-Yo, aquí mi vida sola y aburrida, esperando por ti.-
-Sí mi amor, no te preocupes, tranquilo, espero te duches, estoy ansiosa por hacer el amor, hace tantos días que estamos separados que ya no aguanto más.-
¿Cómo dejaste a los niños? Mamá se quedaría feliz con ellos-
-¡Anda amor!, ¡apúrate! que sólo he estado pensando en ti y en este momento...
Migdalia B. Mansilla R.
17/08/04
El viento danzaba entre las palmeras y el olor a mar invadía los sentidos.
Con los ojos cerrados, acostada boca abajo, recordaba otro día, otro mar y otro sol que la acariciaba.
Un reflejo dentro de los párpados la hizo abrirlos abruptamente.
Un hombre estaba parado a su lado, doblaba su torso para acercarse a ella, besándola suavemente sobre los labios entreabiertos.
Se recostó a su lado, dejó caer su mano sobre las nalgas de la mujer que ya doraba de sol.
Le dijo cerca de su oído- será mejor que nos vayamos, debemos aprovechar las horas-
Se desperezó un poco, estiró las piernas, se levantó y sacudió levemente la arena que la cubría.
Llegaron a la habitación del hotel, terminó de quitarse las chicas prendas del bañador.
El hombre previamente había puesto a punto la tina para que se bañara nada más llegar a la alcoba. Lo hizo lentamente, dejando que los aceites lubricaran su piel y la espuma de baño dejara en ella aromas de flores silvestres.
Salió del baño, el hombre la esperaba con una copa de vino espumante bien frío. Hicieron el amor. Rabiosamente. Tiernamente. Indefinidamente. Porque cada caricia parecía eco en cada orgasmo que iba sintiendo.
Pasaron unas pocas horas . El hombre se levanta de pronto, va hacia el baño, se ducha , se viste y se despide de la mujer, con un beso largo, muy largo.
A los quince minutos, tocan la puerta de la habitación, la mujer vestida con unas bermudas y una camisa enrollada sobre la cintura, abre solícita y se abraza al hombre.
_ Mi amor- le dice la mujer, con voz sugestiva y regañona- ¿por qué tardaste tanto en llegar?
-Te extrañé a rabiar en esta soledad a la que me tenías sometida-
-¿Cómo te fue de viaje?- ¿El vuelo? ¿Sin turbulencias?-
-Yo, aquí mi vida sola y aburrida, esperando por ti.-
-Sí mi amor, no te preocupes, tranquilo, espero te duches, estoy ansiosa por hacer el amor, hace tantos días que estamos separados que ya no aguanto más.-
¿Cómo dejaste a los niños? Mamá se quedaría feliz con ellos-
-¡Anda amor!, ¡apúrate! que sólo he estado pensando en ti y en este momento...
Migdalia B. Mansilla R.
17/08/04
15 comentarios:
JAJAJJJAJAJAJAJAJAJAJAJ
UNA REALIDAD HARTO CONOCIDA, PINTADA DULCEMENTE DE TU MANO MIG !!!
NO DIGO MAS NADA_____________♥
NO ES BUEN DIA Y "MAS" CON ESE TEMA
_______________________ UGGGGGGG
ACA EN ARGENTINA DECIMOS: ..."NO ACLARES QUE OSCURECE..."
BESOS
MIG
GRACIAS
KLAU ♥
Si hartamente conocida, cosas comunes en tu letra, abrazos, Julia
Un gusto leerte Migdalia, aunque conocida muy bien pintada como dice Klau.
Un abrazo
Klau, que tú sí sabes recrear situaciones brillantemente.
Gracias por venir.
Julia, amiga querida, mia agradecimiento pro pasar por aqui y de paso reir un ratico con lo sabido, pero siempre relatado.
Querido Pedro, gracias, eres un sol de amigo y poeta.
Besos a todos,
Migdalia
Una historia común inherente a la naturaleza humana, todo un tema y muy bien llevado desde tu pluma.
obre todo en el lenguaje exacto y con la picelada del color preciso.
Quién sabe si él había estado retrasado por trabajo...
besos
Elisabet
Jajajajajajajajajjajajaj,¡muy bien Elisa! Muy bueno ese comentario, esa acotación, magnífica...¿quién sabe es verdad? jajajajajajjaj¿quién sabe?
Besos,
Mig
Mmmm retraso por trabajo. Puede ser pero no sé, esa duda me mata.
Un relato muy logrado y bien condimentado.
Un beso Mig,
d.
¡Diana! qué lindo tenerte por esta tu Botica.
Es cierto esa duda se mantiene alli, porque un retraso tan largo por trabajos del marido, para celebrar una segunda luna de miel...mmmm...pues como que...aunque, como dicen por alli, lo que es igual no es trampa..no sé, eso dicen..digo yo...no sé.
Besos, yo, Mig, casi en una cantinflada.
El problema es que en el cuento ninguno sabría lo del otro, al no ser concertado hay un contrato aún vigente por lo que sería trampa... eso creo
Elisabet
Eli, si el retraso lo llevó a otros brazos, ella a su vez...pues tenía su masajeador personal ya a mano, va a resultar un spa super moderno y con atención personalizada...
jajajajajaj
Mig
La naturaleza humana juega estas cosas. Y podríamos hablar tanto de ellas... tanto
besitos
Elisabet
Migdalia, ingenuo pero frecuente.
Un abrazo,
Catalina
un cuento..siempRe trae remenmbranzas ....FELCIITACIONES
Ay Mig!! estas historias tuyas; me encantannnn. Bravo por tí!!!
Liliana
Saludos Mig. Buen cuento.
Erika
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